Mugica es pueblo. Su espíritu dio impulso no sólo a nuestra obra, sino que sigue siendo referencia de militancia social y fe cristiana sin par. Su presencia no sólo se encuentra en los sectores humildes sino en varios espacios sociales, pero es al humilde, al trabajador, al desempleado y al desamparado al que buscó acercarse y tender su mano... El padre Carlos Mugica usaba generalmente una bella expresión. “en las villas la única cosa que hay que erradicar es la miseria”. Esta es la única cosa que está mal de allí, mientras que, aunque se carezcan de riquezas se tiene muy en alto los valores del Evangelio... Hubo una primera época donde Carlos, influenciado por el ámbito original de su familia y entorno, no apreció la obra de Juan Domingo Perón, y su política social en favor de los trabajadores, invocando las enseñanzas católicas... Perón tuvo una fuerte impronta católica, donde afirmaba permanentemente el origen y contenido cristiano de su propuesta política, la que amplió al catalogarla de “humanista y cristiana”, a la vez que planteó confraternizar con otros sectores religiosos para ampliar su proyecto peronista. A eso se le sumó la obra de Evita, que tiene el concepto de justicia social grabado a fuego en el trabajo de su Fundación y la atención al desvalido... El padre Mugica vio, en su trabajo con los humildes, los aspectos positivos del peronismo y cómo su esencia se podía amalgamar con su propia entrega cristiana, la cual estuvo imbuida de la época que le tocó actuar, que fue de la época de los Sacerdotes del Tercer Mundo... Es necesario recuperar el sentido de la solidaridad y del bien común, no sólo a nivel nacional sino también a nivel mundial. Para esto está Cristo, ya que la mirada católica es universal, y debe abarcarlo todo, posicionándonos desde la periferia, que es el lugar en el cual el cristianismo se debe situar, tal como enseñó Francisco, ya desde su obrar como obispo de Buenos Aires, donde observaba, y aún más hoy como Papa, que hay que observar la realidad del mundo y de la Iglesia a través de la periferia. Y en esa periferia, donde me encuentro mancomunado con mis hermanos, es donde desarrolló el Padre Carlos Mugica su magisterio de fe... Del prólogo de Padre Pepe 

Peronismo y cristianismo

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Mugica es pueblo. Su espíritu dio impulso no sólo a nuestra obra, sino que sigue siendo referencia de militancia social y fe cristiana sin par. Su presencia no sólo se encuentra en los sectores humildes sino en varios espacios sociales, pero es al humilde, al trabajador, al desempleado y al desamparado al que buscó acercarse y tender su mano... El padre Carlos Mugica usaba generalmente una bella expresión. “en las villas la única cosa que hay que erradicar es la miseria”. Esta es la única cosa que está mal de allí, mientras que, aunque se carezcan de riquezas se tiene muy en alto los valores del Evangelio... Hubo una primera época donde Carlos, influenciado por el ámbito original de su familia y entorno, no apreció la obra de Juan Domingo Perón, y su política social en favor de los trabajadores, invocando las enseñanzas católicas... Perón tuvo una fuerte impronta católica, donde afirmaba permanentemente el origen y contenido cristiano de su propuesta política, la que amplió al catalogarla de “humanista y cristiana”, a la vez que planteó confraternizar con otros sectores religiosos para ampliar su proyecto peronista. A eso se le sumó la obra de Evita, que tiene el concepto de justicia social grabado a fuego en el trabajo de su Fundación y la atención al desvalido... El padre Mugica vio, en su trabajo con los humildes, los aspectos positivos del peronismo y cómo su esencia se podía amalgamar con su propia entrega cristiana, la cual estuvo imbuida de la época que le tocó actuar, que fue de la época de los Sacerdotes del Tercer Mundo... Es necesario recuperar el sentido de la solidaridad y del bien común, no sólo a nivel nacional sino también a nivel mundial. Para esto está Cristo, ya que la mirada católica es universal, y debe abarcarlo todo, posicionándonos desde la periferia, que es el lugar en el cual el cristianismo se debe situar, tal como enseñó Francisco, ya desde su obrar como obispo de Buenos Aires, donde observaba, y aún más hoy como Papa, que hay que observar la realidad del mundo y de la Iglesia a través de la periferia. Y en esa periferia, donde me encuentro mancomunado con mis hermanos, es donde desarrolló el Padre Carlos Mugica su magisterio de fe... Del prólogo de Padre Pepe